El borde de la cama
el mundo empieza
en
el borde de la cama
cuando
la penumbra abraza y arropa
estos
dos cuerpos que
apenas
comienzan a conocerse, a tientas,
con
las manos.
se
entrelazan los dedos como rozando el aire
y
el corazón acostumbrado a desbocarse
y
la boca acostumbrada a la
sed
no
reciben la carencia.
como
antimateria que chocara por primera vez,
los
labios proyectan una nueva luz aún sin filtrar,
pero
sin dolor.
el
mundo comienza en el borde de la cama y
fuera
la
vida se ha reiniciado.
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