El cielo nos guarda
No temas, amor mío, al alba
porque el cielo nos guarda en su
infinitud
el cielo se apiada de nuestras
almas
efímeras
y acaricia con su última luz estos
dos cuerpos sollozantes
porque la piel ha de despegarse,
porque las manos han de huir
pero no temas, no temas jamás,
amor,
que el cielo nos guarda.
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