Monólogo
no te atrevas a decirme que me quieres justo al terminar de pronunciar el adiós, el final, el derrumbe, no seas capaz de decirme te quiero mientras me estás destripando el corazón
pero lo haces porque sabes que es verdad y yéndote me estás cuidando aunque yo no lo sienta aunque te odie en este mismo instante y en todas las noches que me quedé despierta viendo cómo tu foto de perfil ha desaparecido porque has puesto un muro de cemento entre tu piel y la mía supongo que por eso nos abrazamos tanto aquella tarde porque sería la última vez en mucho tiempo
el tiempo necesario para dejar de sangrar y para dejar de creer que las nubes albergaban una casita blanca en medio de un prado donde me esperarías cada día con los mismos nervios que el primer día en que te besé
porque nuestro amor fue infantil puro e inocente
no quería conocer más belleza que la de tus manos acariciando mi piel en cada rincón en cada hueco en cada orgasmo
nos queríamos como se quieren los locos pero ahora sé que la locura no es para siempre porque tú ya has aterrizado en tierra firme y tu corazón se ha resentido a mis instintos a mis impulsos a mis plegarias por pasar siquiera una noche contigo después de tanta ausencia tanta tanta tanta que no entiendo por qué parece que solo yo albergo estas ganas de ti estas ansias de llenarme las manos de barro y apretar los dientes subir al cielo a gatas si hiciera falta hasta alcanzar aquellos sueños blancos de altares y flores donde los dos decimos sí quiero y por fin me regalas un anillo para simbolizar la eternidad reducida a un círculo
mis aspiraciones se resumían en esta simpleza, la de agarrarnos la mano siempre pero ahora tu mano me ha abierto en canal y me ha arrancado el corazón y te has ido llorando porque no quieres perderme a pesar de no haber sabido tenerme
en esta batalla perdimos los dos.
pero lo haces porque sabes que es verdad y yéndote me estás cuidando aunque yo no lo sienta aunque te odie en este mismo instante y en todas las noches que me quedé despierta viendo cómo tu foto de perfil ha desaparecido porque has puesto un muro de cemento entre tu piel y la mía supongo que por eso nos abrazamos tanto aquella tarde porque sería la última vez en mucho tiempo
el tiempo necesario para dejar de sangrar y para dejar de creer que las nubes albergaban una casita blanca en medio de un prado donde me esperarías cada día con los mismos nervios que el primer día en que te besé
porque nuestro amor fue infantil puro e inocente
no quería conocer más belleza que la de tus manos acariciando mi piel en cada rincón en cada hueco en cada orgasmo
nos queríamos como se quieren los locos pero ahora sé que la locura no es para siempre porque tú ya has aterrizado en tierra firme y tu corazón se ha resentido a mis instintos a mis impulsos a mis plegarias por pasar siquiera una noche contigo después de tanta ausencia tanta tanta tanta que no entiendo por qué parece que solo yo albergo estas ganas de ti estas ansias de llenarme las manos de barro y apretar los dientes subir al cielo a gatas si hiciera falta hasta alcanzar aquellos sueños blancos de altares y flores donde los dos decimos sí quiero y por fin me regalas un anillo para simbolizar la eternidad reducida a un círculo
mis aspiraciones se resumían en esta simpleza, la de agarrarnos la mano siempre pero ahora tu mano me ha abierto en canal y me ha arrancado el corazón y te has ido llorando porque no quieres perderme a pesar de no haber sabido tenerme
en esta batalla perdimos los dos.
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